Maikel Mendoza

Tres cantaletas al día

Tres cantaletas al día. .

¿Para qué el canto de un gallo,
si tengo tu cantaleta,
que suena como retreta,
sin necesidad de ensayo?
para ti, yo en todo fallo,
sólo mis defectos ves,
te convertiste en mi estrés,
y la razón de mis canas,
mi suplicio  en las mañanas, 
va en aumento cada vez. 

Vivir así cada día, 
se ha convertido en tortura,
de la que un reo procura,
escapar de la agonía,
como un pez en la sequía, 
con un verano inclemente, 
así mi pecho se siente, 
inmerso en agua fangosa, 
con tu actitud quejambrosa,
sin aire en mi medio ambiente.

Prefiero un rincón del piso, 
y no dormir en tu lecho,
si te abrazo tras del hecho, 
te esponjas como un erizo, 
la pasión ya de deshizo, 
y amenazas con marcharte,
tampoco  valoras mi arte,
de mi no muestras orgullo, 
y no quieres que sea tuyo,
ni me permites besarte. 

Cansado de este suplicio,
y soportar improperios,
con choques de mil amperios,
sin obtener beneficio,
busco volver al inicio,
para ver donde fallé,
tal vez yo me equivoqué, 
cuando te hice mi esposa, 
porque solo vi la rosa, 
y la espina me clavé. 

Dios mío no me abandones, 
clamo a ti, dame tu auxilio,
porque estoy en el exilio,
con problemas a montones,
si aún me faltan lecciones, 
que me marquen el pellejo,
que sean en mi tu reflejo, 
y no se vuelva resabio,
me lo dijo  un viejo sabio,
y no atendí su consejo:

\"cásate para que goces 
de los seis meses primeros;
después estarás deseando,
la vida de los solteros\"