Haz Ámbar

Réquiem por tu ausencia

Mejor sería colgar del cuello

desde la cornisa de una alta torre. 

En mis versos se refugia todo mi dolor.

Incapaces mis ansias de salir a flote

vuelco mis soportes en esta hora 

que desafía a la razón. 

Me veo tan solo

caminando por un mundo sin fondo, 

desastroso el corazón

que algún aire corrompe. 

Elevo al cielo mi oración

y atravesará horizontes

hasta que logre sentarme a tus pies

repitiendo tu nombre de diosa, 

que tal lo mereces. 

Hace tiempo que

carezco de tu esencia en las venas

y esto 

hasta la misma locura me lleva

remordiéndome un sueño de fiebre

que hace que tiemble y palidezca

ante la tormenta que viene 

excelsa mi vela, 

que destripó los orígenes

y nunca supo

del amor verdadero

entre esta penumbra

que envuelve de siempre

mi inerte existencia

si no es por estas letras 

que mi alma escupe a la luz

entre desmayos, 

destellos de amnesia 

mirando tus surcos

(descubren la ciencia

que usamos algunos)

con la tierra debajo

susurrándome: escapa...

El viento meciendo mis sueños despacio.

No miento si digo

que estoy sintiéndolo en alto, 

si persisto en expresar lo expresado

en este bucle

adonde me llevan los astros 

cuando empieza a escasear lo demás 

y solos nosotros estamos

bogando más allá 

de donde indican los mapas, 

noctámbulos

e hijos de otra época

ya inmemorial

según marcan los rostros 

asumiendo condenas reales

mientras no se llenen los cauces 

de ese algo

que baja del cielo 

en las tardes como esta

sin más ya palabras 

a desentrañar de mi alma. 

Catástrofe.