José Luis Barrientos León

Mientras pueda.

 

Mientras quede en mí libreta una página en blanco,

y los dedos de mí mano no se hayan adormecido,

entretanto el mensaje continúe,

a través de mis venas envejecidas,

convirtiéndolas en torrente de imágenes renacidas,

derramando versos frente el papel,

que brotan de mi vivencia,

de las celdas que se abrieron para dejar en libertad,

el amor y la entrega.

 

Mientras me quede un solo instante de ilusión,

y mi sangre se enardece con la contemplación de la naturaleza,

depositando mi mano en la tierra y el río,

acariciando el árbol que surge de la montaña enajenada,

procreando lluvias,

aguas que caen sobre el alma,

como gotas de roció en la mejilla,

que te recuerdan la niñez y la inocencia.

 

Mientras quede en mi mano una caricia,

Y tú estés conmigo,

escuchando el silencio de la noche,

o descubriendo al alba una sonrisa,

entregándome el consuelo de tus ojos,

hasta vencer el temor que se resiste,

entre sombras oscuras de la noche,

que sucumben ante tu voz de mujer amada,

 

Mientras resista el calendario ser deshojado,

y el silencio dé su espacio a nuevos ánimos,

resistirá mi lápiz su destrozo,

y escribiré versos mientras pueda,

escribiré una carta cada noche,

con tan solo un beso en tu mejilla,

que me hará confeso sin idolatría,

de la gratitud expresa al saberte mía.