Septiembre
Estoy viendo el momento mas dorado
del trigo, la cebada y de la avena;
la llama del deseo se serena
pues el segundo baile ha terminado.
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Con el segundo baile, ya olvidado,
el olor del asfalto me condena,
a seguir dignamente con la pena
de ver lo que el verano se ha llevado.
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El día con sus horas, envejece
y el perfume de ayer tan suculento
se convierte en aroma de motor.
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Solamente el ocaso, resplandece
entre cielos y mares, con el viento
soplando, poco o mucho y a favor.
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Fotografía y poema : Ramón Bonachí.