Josefina Barreto

OTOÑO Y PRIMAVERA

Ya lo ves, ¡quien lo dijera!

Trajiste la primavera a mis años otoñales.

Frescos, como manantiales que bajan de la montaña,

tus ojos que me regalan su sonrisa en las mañanas.

Yo soy ese árbol crecido

mis arrugas y mis canas

mas que vejez, se han formado por experiencias amargas.

Tú, en la calidez vibrante de juventud libre y mágica

vistes con capullos nuevos mis anhelos y mis ansias.

Y si acaso alguien dijera que dos ciclos nos separan,

que entre otoño y primavera

hay abismos de distancia,

que aferrase solo deja la piel herida y amarga,

¡No me importa!

Si lo nuestro no conocerá un mañana.

Tú, mi sol de primavera, que me envuelve y da esperanza;

yo, tu triste hoja de otoño que solo el viento levanta.

Si murmuran y comentan

por la edad que nos separa,

dejemos que el mundo gire, ¡la gente no entiende nada!

Tú vivirás en mi ser, tu primavera es la savia

que introduce nueva vida a mis ya marchitas ramas;

yo seré por ti la flor que cobije tus entrañas

y guardaré tu calor en el otoño de mi alma…