Elizabeth Maldonado Manzanero

En otros tiempos

En otro tiempo vivía adánicamente

bastaba con metamorfosear los sueños

en la alcoba de mis manos para desangra

frenéticamente el deseo y estrujarlo

hasta extinguir con besos las palabras,

desalojar impúdicamente las razones,

desmantelarlo de miedos solo,y tan solo

por el bastardo asesinato de la piel en otra piel

aun sin mayor nombre que él y con hechos

perpetuar la realidad que débil e infanta

siempre subsiste, volátil y pequeña

tanto como para caber en el vértice de la pupila

enlunada de paz y regocijo que arrebata

de primaveras para luego convertirse

en el intempestivo funeral del gemido, 

en la rumorosa resaca que amamanta

al río de mis piernas para terminar luego

en dolorida, agónica y desparramada lágrima

del ocaso, sin migrañas de la tarde y con la plena

contingencia del mañana para encallar el hambre,

el hambre del lobo manso y desamarrar voluntades,

donde solo cabila el deseo en un itinerario del yo

inagotable, por rutas indómitas que nacen y preexisten

al aire, que develan, redescubren el tiempo y lo amasan

en los ojos mojados de alba donde el agua hierve

donde en su alcoba su boca musita la música que llueve

llueve y se adentra. ¡Claro! Aquellos eran otros tiempos.