Al poeta… que, con solo una estrofa, iniciar.
Tiende las almas de las personas, armonizar.
Al poeta, que escribe sus versos muy calmados.
Deteniendo, las afanadas pisadas del atareado.
Al poeta, que sabe usar sus sentidos.
No usa su oído, para vagas minucias,
Ni olvida sus ojos, en la boca de su musa.
Al poeta, que, aunque me gusten sus escritos…
…Dejo casi siempre de leerlos.
Porque, los guardo…
…En lo más profundo de mi corazón.
Al poeta, que, sin usar fuerte soga,
Extraña meditación, religión o yoga.
Ataja mi mente, de crudo espejismo.
Deteniendo mis pies, de caer al abismo.
Al poeta, que es altivo en humildad,
Auténtico al contar un buen chiste.
Mentiroso, al callar un mal chisme.
Aunque sepa, su imperio es la verdad.
A los poetas, que, sin querer, siempre olvido.
Pero en mi camino, siempre, recuerdo.
Los guardaré siempre, en mi mente.
Les pido; perdón… por mi mala memoria.