Marcus Dell

ASI ES ELLA

Ese maravilloso manto juvenil tejido de edad temprana que cubre su lindo cuerpo

como los dulces rayos al amanecer cubren las bellas montañas.

Ver, sentir, tocar. Privilegio solo de los dioses.

Sueño terrenal de los mortales que solo en la inconsciencia, de ese imaginario mundo, viven la ilusión de sentir sus roces.

Su pelo, broche de negra obsidiana que corona su ser que encariña enmarcando su angelical rostro que a tras del viento ondula

tan frágil cual ronda de risas fugaces en sus recuerdos de niña.

Labios de dulce aroma, fuente de dulce voz que al hablar emula las hipnóticas notas

de las sirenas.

Sonrisa perfecta enmarcada entre los sensuales alcores de sus comisuras.

Con ella no existiera el infierno si se tuviera solo el néctar de sus besos.

Su cuerpo esculpido por manos sagradas. Por eso es así tan llena de gracia, tan perfecta y literalmente divina.

Fuente de luz, de belleza ajena al tiempo incandescente e imperecedera que cruza el abismo

de lo terrenal a lo celestial cual suave rayo de luna sobre un mar apacible.

Viviré esperando a que el sol salga al revés, con la esperanza de que para entonces

la vida y los relojes retrocedan. Llegar a un espacio y un tiempo perfectos en que podamos coincidir una vez más...