Haz Ámbar

Sórdida

Mientras te estremeces

de placer en mis brazos

 

siento que el mundo

me arrojó de ti lejos

ya tanto... 

 

Duele aún sin embargo

y tú me dices ya cállate:

la Luna ha vuelto

a desnudar su alma,

ya calla,

deja a tu sombra

y caminemos nosotros.

 

La brisa se enluce

y aquí a tus pies

sangro por la boca 

las cosas

que nunca he debido decirte. 

 

Deja que te arrope

entre mis versos deprisa. 

 

Deja que te arrope

antes de que se nos acabe el día, 

 

préstame tu aroma,

tú, la flor de mis delicias.

 

Oh, diosa que me alivias

en las horas tenebrosas

cerca de esta esfinje

que con la vista me recorre. 

 

Cada espasmo de mis labios

va a parar a dar latidos a mi doble

en el foso de la sinrazón 

carcomiéndome amistoso 

esta sed de sueños

prisionero de mi encierro en un renglón, 

 

en una dosis que todo lo engloba

bajo el sol observador. 

 

No me despiertes cuando así estoy, 

cuando me sobras o me eres poco... 

Escupo el corazón 

tan solo entonces:

es cuando regreso

sucio al rincón

y me someto

a ser tuyo

absorto y mudo

 

y también celoso

de que en un descuido 

te me evapores...