EL QUETZAL EN VUELO

DEJAME BAILAR CONTIGO

No sé si fue la noche, tu pelo negro que caía en tu espalda o el llamado de tu piel,

Pero tuve ese arrebato espontaneo de bailar contigo, como fuerte anhelo,

Aspirar tu olor, saborear tu olor a mar, canela y menta, embriagarme con ello,

Poner mis manos en tu cintura, para que conduzca el ritmo, hasta saciarme.

 

El deseo tiene un olor a descubrimiento esta noche, a saciedad de caricias, a embeleso de perfume,

 a deseo que une, pechos que laten con la fuerza de un volcán y quiere explotar,

Produce calor, que se mete en los huesos y mueve nuestro cuerpo en un vaivén cadenciosos,

Nuestros pies sobre la arena, nuestros cuerpos en el fuego y unos labios que esperan.

 

Dejame bailar contigo, arder en la furia loca del movimiento de tus caderas llamando al deseo

Liberemos la lujuria del vino, azotemos el recato, los silenciosos deseos prohibidos que nos une,

Que junta nuestras almas, abrazados al corazón ligados por el alma, y la voluntad mutua,

Ven, bailame los recuerdos, actualiza las caricias, dejame tomar las curvas de tu cintura.

 

Bailemos toda la noche en el fuego del Tizón de la salsa, merengue y rumba, que mueve el deseo,

La sangre hirviendo amenaza con incendiar nuestros cuerpos y la noche quiere estallar cuando sueltas

Tu pelo y la risa pone tono al furor del mar en franco celo, porque mis manos recorren tu cuerpo moreno,

El mismo que ayer bañabas en sus aguas y penetraba por todos los poros de cuerpo como hoy mis besos.

 

Bailemos toda la noche, que nuestros cuerpos, suden el derroche de movimientos, que la piel se exponga al fuego de los deseos contenidos en cada letra expresado y que hoy la noche con su canto nos pone en ese ritmo cadencioso que el corazón reconoce y nuestros pies conducen despacio al lecho de caracolas, que esperan latiendo ese ritmo tan tuyo, que el vino, la noche y el deseo pone gracia a tu figura cuando la alumbra la luna y penetro como barca en tu furia.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO