Daniel García

\"MININNOS\"

Recuerdo tu osamenta tan frágil, delicada

cubierta de una capa como de blanca nieve

guiada por tus ojos azules como el agua

cómo agua cristalina de Mayo cuando llueve.

 

Lucías en tu porte finura y elegancia

incluso en el mechón más opaco y desteñido

aunque ahora te recuerdo odiando la distancia

al cielo doy las gracias de haberte conocido.

 

Bajabas a mi cama como una densa niebla

tu voz tan delicada endulzaba mis oídos

los dos hermosos jades que atentos me observaban

llenaban de paz mi alma, calmaban mis latidos.

 

Era tu danza dulce, vivaz, llena de gracia

aquel que te miraba quedaba sorprendido

pensando en tu belleza y la pureza en tu alma

no concibo aún la dicha de haberte merecido.

 

Recuerdo los rubores en tu piel tan delicada

y tus uñas recorriendo mis pieles como abrojos

podía pasarme el día perdido en tu mirada

ámbar inmaculada que desprendían tus ojos.

 

Era tu vientre blanco como espuma de cascada

tu espalda era el plateado empapado de ceniza

te gustaba recostarte mirando por la ventana

presenciando los caeres de la hoja y la llovizna.

 

Recuerdo tu figura escondida entre mis brazos

cuál cría que en la madre solo encuentra reposo

brindándome en las noches tus cálidos abrazos

envuelto como niño al calor de mi rebozo.

 

Reusltaste ser retoño predilecto en nuestro nido

aún cuando tus acciones colmaban la paciencia

y aunque quedaban cosas por verte y por mostrarte

tuviste que marcharte en plena inflorescencia.