Rojo:
Semejante al corazón encendido
que nunca pierde esa intención
de atesorar un amor compartido
con toques especiales de ilusión
haciéndonos sentir tan queridos.
Amarillo:
Pausada el alma ante esa ausencia
de quien nos acompaña a menudo
aflora un reclamo por su presencia
para apaciguar el deseo hecho nudo
llenando ese vacío con su existencia.
Verde:
Gran estallido cual bomba atómica
que nunca se detendrá ante nada
avanzará como una esfera cósmica
para sucumbir frente a una mirada
premiando esa adicción romántica.
***Omaris Redman***
Agosto 10, 2022