Galopaba por el denso bosque encima de un imponente caballo blanco, bajo la neblina de la mañana con ese intuitivo deseo que me hacía respirar el aire puro de la montaña, la brisa era cómplice de mi sonrisa y el viento jugueteaba con mi pelo. Sentía que me transportaba por un túnel del tiempo, siendo la protagonista principal de una escena cinematográfica, sólo en espera de mi príncipe azul como en un cuento de hadas, con armadura de caballero colonial, pero él no llegaba para completar aquel guion de telenovela. De repente, largas luces encandilaron mis ojos, y escuchaba la voz muy varonil de alguien desconocido que gritaba mi nombre. Entonces, sin responder, yo pensé, quién será aquel personaje que adivina cómo me llamo? No entendía lo que estaba aconteciendo en ese instante confuso; sin embargo, luego de un silencio sepulcral, decidí preguntar; Quién eres? De dónde saliste? Qué haces en éste mi bosque? Se mantuvo todo pausado y no respondió, las luces tampoco se apagaron y nunca pude ver su rostro, solo la silueta de un hombre alto y corpulento, fascinante espejismo que saltaba a la imaginación, pero mudamente callado. En eso siendo las 5:45 a.m., sonó la alarma del reloj en el celular, y se interrumpió abruptamente aquel sueño sin un final esperado…continuará en mi próxima pesadilla, jajajajajaja
***Omaris Redman***
Agosto 9, 2022