Raúl Carreras

A este lado muere el poema

Soy el verso inacabado,
el rapsoda fracasado,
noche insomne, día noctámbulo,
el que espera el destino de este lado.

Soy la atmósfera de Marte,
ese éter que se hospeda en el vacío,
la materia que no existe en esta parte
donde el caos preña el cosmos de infinitos
organismos que ni nacen
ni subsisten, y solo yacen
en el dogma de la ciencia.

Soy el silencio de mil voces,
liberado del presidio de mi pecho,
que navega del estrecho
itinerario del sendero
de unas lágrimas atroces
y que anega el lamento
arrebatado de mi verbo.

Soy el afecto en el olvido,
el querer, que por ser no ha sido,
la farsa de quererse sin motivo,
el mito del amor correspondido.

Y yo, hoy te espero en mi lado de la vida,
sin puñales ni navajas,
sólo heridas
suturadas con la tinta
de esas lúgubres tonadas
rubricadas y sinceras,
que te escribo en esta orilla
donde muere mi poema.