Oscar Pacheco

ENCUENTRO

Encuentro

 

Un encuentro que no tiene despedida,

En la senda que conduce al cósmico infinito del sentimiento,

Ante el  misterio que arrebata sin permiso y sin medida,

La quietud de mi alma que fluye agitada como el viento.

 

A si, son mis labios acercándose a tu cuerpo,

¡Tu cuello lo provoca!

El perfume de tu piel que se filtra hasta mi cerebro,

Generando el fulgor que se evaporiza en mi boca.

 

Para quemar tu piel con caricias llenas de fuego,

Mordiendo el templo de tu azucarado centro;

Viviendo un éxtasis nirvanico que trasciende del deseo,

Para elevarnos beso a beso hasta el firmamento.

 

Es un frenesí incontrolable y sempiterno;

Que comienza en mi piel para grabarla en tu piel,

Devorando los sentidos con el pensamiento eterno,

De sentirte mía del cabello a los pies.

 

Y decirme tuyo desde el primer átomo de mi humanidad;

Que ya ha sido hechizado con la epifanica virtud de tu ser,

Que se apareció en mi vida como un acto de divinidad,

Colonizándome por completo, cual luz en al amanecer.