La vida me ha enseñado a caminar
por sendas de dolor y desvaríos
con la única finalidad de destinar
mis pasos hacia grandes desafíos.
La vida me ha enseñado a despertar
con sueños que enriquezcan mi alma
sin miedo a escuchar aquel palpitar
que habla de un corazón en calma.
La vida me ha enseñado a meditar
a menudo de una manera reflexiva
procurando mis pensamientos editar
para siempre mostrarme compasiva.
La vida me ha enseñado a escuchar
el nostálgico murmullo de la soledad
que por instantes llega para enganchar
eso que representa mi fiel tranquilidad.
La vida me ha enseñado a disfrutar
de la nobleza en los pequeños detalles
ninguno con aquella intención de refutar
la belleza que se rotula en finos entalles.
***Omaris Redman***
Agosto 1, 2022