clonariel

RUISEÑOR

Quiero esparcir en la dulce cimera

de tu vientre las rosas de mi boca,

incrustando de besos tu desierta

sombra, mientras el ímpetu asoma

con fulgor humano y tu alma libera  

caudal de palomas.

 

 

Déjame oradar tu boca bañada

en mares de mil colores, donde cielo

y horizonte en la nada acaban.

Todo mi ser es un panal abierto

por tus anhelos en bandadas,

y confuso como el viento.

 

 

Apretaré tu cuerpo suave

como abrazo un árbol en el campo.

Mis manos harán que desate

el lazo profundo de tu breve tallo

y no habrá más que codicia y alarde

en un breve tiempo eternizado.

 

 

¡Oh ruiseñor de mi asombro,

tu entrega abre llamaradas!

No existen más que distancias sin retorno

en esta hora clara.

Mi piel de hombre se va entre los oros

y las sombras blancas,

me queda sólo el corazón sonoro

tiritando entre tus alas.