Angel ¡123!

Sembrador

Con eterno gozo

esperando los susurros al oído.

 

Síempre el deseo de

entonar las melodias

el pasar junto a alameda,

su llamado

esperaré

hasta que amanezca

y llegue la alborada

acompañada

de hermosas rosas florecidas

alegrando el paisaje

y de mañana canten las aves

 

de los campos y sembrados

hechos con  manos laboriosas

de hombres rudos ocabados

por el sol de cada día.

Almas sencillas nobles y

de grande corazón

 que aran la tierra con tezón

llevando a la siembra

las semillas del amor.

El eslabón del terreno ya fertíl y

abonado nos entrega la bonanza

del labrador empesinado.

confiado de un nuevo dia majestuoso.
 

 

Bernarda