Cuando trampolineas cadenciosa
por mi mano, cascada a tu venida,
estalla en mi la sed con sacudida
primitiva, ancestral y presurosa.
Con cuánto afán mi lengua se desposa
contigo y con deseo te convida
a estar con ella y evitar la huida
hacia esa sed que te reclama ansiosa.
Eres tú femenina y transparente,
y has venido buscando la manera
de cumplir tu misión calladamente.
Mas no serías agua si no fuera
porque al cruzar mi codicioso puente
tu murmullo en mi tierra se perdiera.