Salva Sosof

Amor Ausente

Aunque aún no te he visto,

te percibo y te siento en el aire que respiro;

te veo en cada mañana que se levanta

y en cada noche que se apaga.

En la rosa que por la mañana

extiende sus pétalos al sol,

yo te siento, te veo y te contemplo.

En el canto de cada avecilla,

en el ruido de los árboles

yo oigo tu voz y capto tu mensaje.

Todas las mañanas cuando me levanto,

doblo mis rodillas ante el Altísimo:

le hablo de ti y le hablo de mí.

En cada página de mi cuaderno

tengo escrito tu nombre sagrado,

porque, simple y sencillamente: ¡te quiero!

En todo lo que existe yo te veo y te palpo...

Estás en el aire, estás en la lluvia y en el calor...

Yo aspiro tu olor en el olor de las rosas.

Yo siento tu calor en los rayos del sol

y atisbo cómo me abrazas en mis sueños.

En mis crisis y prolongados sigilos

estás presente junto a mí, a mi lado.

Siento muy cerca tus manos blancas,

te veo y te sonrío.

Veo tus mejillas rosadas

en cada granada de mi jardín.

Donde voy estás, donde estás voy.

En mis cortas horas de receso,

te pienso y quisiera a mi lado tenerte

para tomar juntos un café.

Ya te quiero y te amo sin tenerte.

Pero deja que aun en tu ausencia

este loco sienta y crea en tu presencia.

Aunque aún no te he visto...

yo te imagino a mi lado

cuando el sol a su ocaso se dirige así:

Reposada en mis brazos con tus ojos cerrados,

y besándote con besos delicados,

la brisa pegándonos con acento bravío,

y el silbido del viento amigo,

como música de fondo de nuestro encuentro.

¡Oh, ahí te amaría tanto!

¡Tanto como nadie aún lo ha hecho!