El espejo reflejaba
la belleza de tu cara,
lo sensual de tus labios,
esa profunda mirada.
Cada vez que lo miraba
no podía imaginar,
la información que me daba
la frialdad del cristal.
Allí quedó la silueta
de un beso para guardar,
no querías que olvidara
que siempre te había de amar.
A veces hasta el carmín
parece que toma vida,
nunca dejo de extrañarte,
pensarte no se me olvida.
No sé que tienen tus labios,
no sé que tiene tu boca,
solo podría decirte
que verlos si me provoca.
Classman