Rafael Huertes Lacalle

YO AÚN RECUERDO AQUEL DÍA

Yo aún recuerdo aquel día.

Fue un día de primavera

cuando mocita pasaste

por delante de mi puerta.

Yo era tan solo un chiquillo,

mi corazón de madera

no sabía del amor

ni de pibón de bandera

capaz de mecer la brisa

al compás de las caderas.

 

¡Honda esencia en tu vagar

de las que marcan con fuerza!:

los rosales florecían

al pasar tu por su vera

y con pétalos carmín

hechos de tul gasa y seda

se adornaba todo el cuadro

dando vida aquella acera.

Una banda pajarillos

acompasaban la escena

con sus notas musicales

de algarabía fiestera.

 

Bien frotaba yo mis ojos,

por si el sol, tal como estrella,

juicio sano trastocara

o provocara ceguera.

Despejar quise mis dudas

de los efluvios que viera,

con un aura en tu figura

cual si fuera el de una alteza,

resolviendo si era un sueño

y tocarte no pudiera,

o excelsa realidad

y tu fueras mi princesa:

escuela de mis amores,

causa de mi duermevela;

con un cuerpo escultural

y facciones tan perfectas.

Era un rostro reluciente

y dorada tu melena

descolgándose en tu cuello

y en tu pecho enredadera;

eran senos lujuriosos

y aquel vientre rosa fresca,

campo fértil trigo y miel

aflorando por tus piernas;

versos para mi deseo

escritura en mi poema.

 

Palpitó mi corazón;

corrió sangre por las vetas,

dando pulsos y latidos

y fluyendo por mis venas.

En mi vientre mariposas

de revuelo a mi cabeza

anegada en dopamina,

¡vaya flecha más certera!.

Yo aún recuerdo aquel día

de hace muchas primaveras.

Tu mocita y yo chiquillo,

la mirada aquella intensa…

Dos cometas, un instante,

refulgieron nuestra senda.

 

Rafael Huertes Lacalle