La casita esta decorada al estilo personal de María,
una pared con estrellas,
y la otra con flores,
predomina el azul.
En una esquina una hamaca,
indica su perdida niñez,
cuelga de la pared un pizarrón,
fiel compañero de siempre.
Sobre una mesita un altar
con fotos de sus ancestros,
la acompañan.
Esta sola,
se escucha una música de fondo,
pensaran que es para no sentirse sola,
pero no,
es para no escuchar ruidos ajenos,
es para aislarse mas.
Escribe en un cuaderno,
y no cuida la prolijidad: un radioteatro, el primero.
Suena el celular...
mensaje desconocido.
no sabe si escucharlo,
la curiosidad puede mas...
el mensaje es de Fede,
María no lo recuerda.
El le dice que se conocieron hace años
en El Trapiche, San Luis, al lado del rio.
María lo bloquea
con un poco de temor.
Ya es hora de cenar y de dormir,
María sigue pensando quien será Fede.
Esta soñando...
Se encuentra en un bello lugar!
Ahora lo recuerdas le dice Fede.
María se despierta sobresaltada!
Donde estoy? se pregunta
Se escuchan campanadas a lo lejos,
y un vals, en el salón de abajo.
Busca algo que ponerse y...
en un maniquí hay un vestido blanco
con bordados y perlas.
Se lo pone, le queda a medida.
Baja.
Fede la espera...
Todavía confundida accede a bailar el vals.
Suena el despertador...
Se levanta todavía lleva el vestido blanco puesto,
pero esta en su casita.
Esta manchado de sangre!!!
Se saca el vestido,
lo mira con mas detalle,
las manchas están a la altura de la espalda,
y hay un corte en el.
María mira para abajo
y nota que no tiene pies...