Ellie Woonlon

Poema de un ruiseñor

Cuéntale a los álamos que tienes un nuevo camino

colmado de aventuras tu travesía

Acaricio una vez más estas manos de niña mientras te suplico

Ya no quiero más abrazos

Ya no quiero ser el olvidado abrigo

 

 

 

Susúrrales que me dejas aquí escondido

que todavía los cuidas a través de un amigo aflorado

Diles que te vas marchando contenta

por el sendero amarillo

que les dejas una bufanda para el frío viento

que ya no tendrán tus brazos de cálida doncella,

para apacigüarles en primavera todo lo triste que es el olvido;

que llevas en la espalda alas de sus cabellos blancos,

que llevas en el pecho un broche de su paciencia

 

 

Ve y cuéntale a los álamos que ya te vas

y que mientras saludo a tu sola silueta

el corazón mío se entierra en este lar

Tan pequeño,

tan marchito.