EHUR OHR

Que no quede nada...

Decidí irme lejos…volver a casa,

y regresar a mi silencio.

 

Empaque mi corazón herido...

y mi alma deprimida,

y unos cuantos poemas arrepentidos…

tristemente desilusionados.

 

Un par de “te quieros” despechados…

infamemente despreciados.

 

Un “te amo” intacto…ignorado…

anónimo…decepcionado de su magia.

 

Y me vine aquí…

después de una larga travesía de ilusiones,

escapando de una guerra de invenciones,

huyendo de un pantano de apariencias,

me vine a proteger de tu letal hipocresía,

a refugiar los pedazos de mi sentimiento iluso…

aquí en esta soledad…

en mi desierto…

en la más apartada de mis tribulaciones,

al rincón más extremo del encono.

 

Me vine a guardarme para siempre,

a sellar la puerta de los sueños,

y a extinguir las cenizas que podrían avivar a tus recuerdos.

 

Me vine a cancelar las fantasías que inventaba….

y acabar con todo…

que no quede nada,

nada de usted…

ni sus mentiras,

absolutamente nada.