Voy caminando sin rumbo fijo,
persigo aquel eco del viento,
me guía la sombra de la noche,
y atrapo lo triste del silencio.
Mirando hacia el firmamento,
donde las estrellas son testigo,
de esa soledad que acompaña,
el misterio de un largo camino.
Allí sola, en medio de la nada,
esperando la visita de mi musa,
que traiga las letras precisas,
para despertar esa alborada.
Podré escribir versos del alma,
que desnuden un sentimiento,
capaz de traspasar la bruma,
aunque con ello se viaje lejos.
***Omaris Redman***
Julio 9, 2022