Me observo en el espejo, ya no soy el mismo, la mirada me ha cambiado, ojeroso, cabello largo, un poco de arrugas en el rostro, se me están cayendo las pestañas!!!
Ya no siento motivación por seguir adelante, cada día se siente más pesado y con menos ganas de continuar, intento hacerle frente a la vida, aún cuando he pensado en el suicido, pero que pensaría mamá si me mato, no quiero ni pensar en el enorme dolor que acarreará el resto de sus días, vaya que situación tan complicada me dije a mi mismo, mientras seguía observando mi reflejo en aquel viejo espejo...
- Santiago Ch.