Raiza N. Jiménez E.

No Digas Nada.-

 
 No sé qué pensar del que no ama y no vive,
porque al final, su vida se le va día a día.
Su dolor estará allí, aunque lo esquive
y el amor siempre estuvo, aunque mentía.
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Me cuesta pensar bien de los traidores.
Pero sé, que ellos, obviamente, existen.
Ellos se engañan y ofenden a sus amores
y en sus ideas de engañarse persisten.
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Hay que inventarse para el amor un instante.
Hay que resistir sosteniendo la alegría.
Es condición necesaria, para  los amantes
y calvario para aquel que su amor fingía.
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Ilusos y tontos aquellos que no han creado
para su amor un trono y lo han coronado.
Su sentir miente, para seguir siendo amados.
Olvidan ese día que fueron entronizados.
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¡Ay de aquellos que mientan y no se amen,
 ellos heredarán el más cruel de los infiernos.
No se librarán, aunque, por ello, ante Dios clamen.
Hay que luchar por los amantes eternos!
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Oye, te pido, a nadie le digas que me has amado,
que nadie se entere de este nuestro gran amor.
Es un secreto que ha de seguir muy guardado.
!Hoy silencio te pido por este gran amor!
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            ¡Ámame en silencio, dónde solo tú y yo sepamos del amor;
             solo te pido silencio, ante la gente que nos mira con horror!
 
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