Carolina Prieto

Mi salvación.

Quizá llegue pronto el salvo suceso firme y hábil que te borre de pronto.

Quizá el naufragio de mi vida te esfume del cielo y la noche,

De esa luna tan nuestra ya solitaria.

 

Todo cambia y no es extraño: Es triste el olvido,

 Aunque duele más el recuerdo que no me salva,

Aún en la estrellada fugacidad del tiempo,

Aún en la pasión fulminante.

 

¡Ay! Que me salve el anhelo, el amor, la dicha y el siniestro;

El jazz, los bailes y esa melodía macabra que me devuelve a ti.

Que me salven justamente de tu amor.