Gracias, mi Señor:
Gracias por abrir tus puertas
ante mis propios ojos,
permitiendo ver la luz y la verdad.
!Gracias por levantarme!
yo me estaba arrastrando de rodillas
a punto de rendirme;
pensando en dejarme caer de espaldas,
\"derrotado a la deriva\" en el vacío que me rodea.
En cambio entregándome a ciegas yo caigo
en tus manos.
Una vez más, gracias mi señor;
por darme una segunda oportunidad.
La oportunidad de venir a tu casa,
\"al templo de mis sueños,\"
mostrándome el camino, pero aún
permitiendo la libertad de elegir.
Puedo elegir cualquier camino que desee;
aun así, declaro que acepto lo que quieras
con amor y humildad.
Yo sé que no puede tener mejor opción, que la tuya
porque al final siempre tienes la razón.
Siempre estás ahí para guiarme, y
cuando no puedo encontrar la salida,
simplemente, me confío ciegamente a ti.
Y si caigo en un agujero como resultado,
sé que estarás, para ofrecerme tu mano.
Si me extravío en el valle de la oscuridad,
tú me darás la luz para guiar mi camino,
incluso si estoy completamente ciego,
puedo seguir tu luz, mi Señor.
Tú eres la luz Señor, y yo siempre
te seguiré para siempre.