jorge enrique mantilla

Te estás quedando mujer

Te estás quedando mujer

 

Te estás quedando mujer, te estas perdiendo y quedando

Pasó raudo el tren y tus maleas se las están llevando

Y aquí sentado, con una sonrisa te estaré esperando

El tiempo viene y pasa y tu sombra aún sigo recordando

Miro al cielo y por ti, unas oraciones en silencio estoy rezando

A paso largo, solitario y sin tu compañía, por un camino árido voy caminando

La soledad y la tristeza, sin alientos y sin fuerzas, todo se me está acabando

Fuiste una nube de verano, que me dio sombra y hoy a lo lejos se está esfumando

Te estás quedando mujer y tu sonrisa sin eco a lo lejos se está silenciando

Ya no duermo, solo pesadillas, que en sueños me sigues atormentando

Es un vaivén, que va y viene y en la oscuridad, la herida sigue sangrando

Amanece una vez más y el canto del gallo mañanero, me sigue despertando

El espanto de tu amor, en las tinieblas me sigue silencioso observando

Te estás quedando mujer y yo aún en medio de la soledad, te sigo amando

 

Te está quedando mujer querida sin mi presencia

Te amé y te adoré desde bien adentro de mi alma y de mi existencia

Eres un jardín florecido y una bella rosa y yo el tallo espinoso sangrante por excelencia

Un riachuelo nítido y transparente y yo la creciente, que inunda tu paciencia

Fuiste mi carcelera y mis barrotes y el pecado de mi penitencia

Te estás quedando mujer, sin mis versos, sin mis poesías y sin audiencia

Me dejaste a la vera del camino y tu ganaste la meta de la competencia

Te rodearon otros quereres, otros complacientes amores y me pagaste con tu insolencia

Te llevaré las mejores orquídeas, los perfumes y fragancias para tu complacencia

Te estás quedando mujer, con tu orgullo, hiriéndome con la soberbia de tu imprudencia

Tírame, aunque sea una mirada, para el alivio sepulcral de mi supervivencia

No te pido, ni amor, ni pasión, ni emociones, ni perdones, ni clemencias

Sólo pido, que vengan los vientos fuertes huracanados y me arrastren con sus turbulencias

Te estas quedando mujer y no has sabido leer, el honor de mi sapiencia

 

Te estás quedando mujer, agitando la seducción de los ardientes corazones

Déjame admirarte toda bella y radiante, cuanto desafiante, te asomas por los balcones

Escuche, por instantes las melodías y las reflexiones que hice para ti, con mis versos hechos canciones

Olvidarte, es solo recordarte en el horizonte oscuro, de mis terribles imaginaciones

Pasionaria de amores, que nunca escuchaste los fantasmas de mis preocupaciones

Me cercenaste con tu desprecio, el aire puro para mis lánguidas respiraciones

Martillaste el último clavo en el cajón mortuorio, enterrando para siempre mis amores y mis desesperaciones

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga junio 24-2022