Xilos

En el jardín

Sobre el caliente vaho,

en un espejo roto,

dibujo con mis dedos

la silueta de tu rostro.

Sobre la ventana,

en su vidrio helado,

escribo con mis dedos

tu nombre amado.

Miro el jardín inmenso

y su silente entorno

tan sólo roto por el cantar

del ruiseñor  en el olmo.

Y me acerco con anhelo

a tu figura adornada

por los rayos de luz

en el albor de la mañana.

Y la prontitud del encuentro

me hace palpitar

Con fiebre camino,

camino a tu altar.

Y llegado el momento

queda el alma desmayada

tu figura se desvanece

en un espejismo de la nada