Desde el momento uno me enseñaste cuánta magia hay en tu presencia.
Una presencia que transforma y fortalece, que reconforta y te impulsa a buscar siempre nuevos horizontes.
Tan deslumbrante que nunca tuvo punto de comparación.
Llegaste cambiaste todo en mi interior y ocupaste un lugar que ni siquiera yo sabía que podía otorgarle a alguien.
Me enseñaste una forma de dar amor tan completa y desinteresada que para mí fue imposible no volverme adicta a que estuvieras aquí.