Angel Valles

LOURDES VARGAS

con la luna mágicamente flotando

quietecita sobre su espejo de agua

otra vez, te han dejado esperando

el ardor prometido de una madrugada.

 

tus ojos son dos luceros colgando

de las argollas de una noche fría,

dos grillos tímidamente callando

en la rama donde cicatrizan alegrías.

 

con el dolor temprano de la edad

y con todas tus ganas cintura abajo

te vas, dolor arriba y enamorada,

sin tregua, a tu red de llantos.

 

el camino te dice: adiós...

y la inocencia se te derrama,

entonces, te creerás morir

en el hueco fatigado de otra noche.


lourdes, tantas veces olvidada.

loca, que ya ni memoria tienes

donde aparcar tu ilusión extraña.


vos dejá ya.

de pintar pajaritos

de colores en tu almohada.