Javier Acosta

ANTES SELVA

ANTES SELVA

 

Erase una serpiente

así como se era un nido

o la niebla que suda entre los árboles

Luego fuese el filo de un machete

la glotonería de un gato

la comodidad de un nuevo conjunto habitacional

cuyo nombre sí recuerdo

Erase y fuese

en el espanto de una corredora frente a aquellas vísceras 

en la rabia de un vecino decidido a envenenar la población felina de la cuadra

Era o fue aquel calor concentrado en el concreto del patio que radió las aspas del ventilador

convertido en furia eléctrica

Era y es

si es que transcurre el romper del día

o el silencio de las cosas del silencio mismo

o al empujar una afrenta de piedra

hierbas crecidas en tantas ventanas y caminos calcinados ya en sus últimas gotas

Puertas selladas dos veces a prueba con la incomodidad de vacaciones sin piscina y lejos de la playa (A una hora en camión pero, ¡cómo en camión!, si hubo un carro que sirvió a llegarnos)

Ya ni siquiera se es sombra

Nadie para darle vida al abandono