Donaciano Bueno

QUERIDA NUEVA YORK

Mi visita pasó sin hacer ruido,
nadie escribió de mí. Y en mi defensa
ni siquiera un artículo en la prensa
osó preguntarme a qué había ido.

Querida Nueva York, nunca supiste
que un día me entretuve en tus andanzas,
tejiendo entre tu magma adivinanzas
y así que me mostré, nunca me viste.

Tampoco yo sentí tus carantoñas
corriendo cuando quise por tu asfalto,
me puse allí mirando hacia lo alto,
con esas mis pupilas tan bisoñas.

Tus ojos encendidos de acetato,
me fueron engañando haciendo un guiño
y al tiempo comprender que aun era un niño
después de haber pasado allí un buen rato.

Y hoy por eso te escribo en la distancia,
a ti no he de culparte que me ignores,
tú gozas con justicia de las flores
disculpo me mostraras tu arrogancia.
©donaciano bueno