Pluma de Fuego

Abatido

Soy un hombre abatido por la vida,

en una sociedad que juzga sin piedad,

o sin sentido, como sino tuviera libertad,

de hacer mi voluntad, cuantas veces yo decida.

 

Para bien o para mal,

lo único que saben hacer,

es criticar, y aunque no tenga ni que comer,

ellos se hartan de mí, como quien se come un tamal.

 

Primero me tratan bien, me preparan a su gusto,

me envuelven delicadamente,

agregando todos los ingredientes,

y cuando ven, que ya estoy listo,

comienza el cuchicheo, sin disgustos;

me empiezan a cocer,

cuando la cocción ha terminado, me destapan,

me empiezan a comer y de todo me delatan,

hasta de lo que inocente soy

 

Dejando mi cuerpo destrozado

y el alma descubierta,

quien como semillas tuesta,

ya no podré brotar,

a no ser que un milagro,

haya en mí dejado,

una ínfima esperanza,

que  a la humanidad alcanza;

para poderme redimir.