Hoy duelen esas almas que partieron
inocentes víctimas de una batalla ajena
un gobierno que no impone condena
ni suprime ese abuso que cometieron.
Àngeles que ahora están en el cielo
que no pudieron cambiar su destino
nunca pecaron en ese corto camino
pero yacen sin voz frìos como el hielo.
Y què decir de quienes quedan atrás
con làgrimas de dolor por sus partidas
sus mentes confundidas y muy heridas
sin imaginar vivir aquel episodio jamàs.
Si enfermos cercenan la alegría de niños
desenfrenados sin conciencia ni control
entonces que esperan para accionar su rol
los encargados de protegerles con cariño.
Exigimos el cese de toda arma de guerra
que aniquilan aquella esperanza del mundo
miles desvalidos muriendo en un segundo
sus pobres cuerpos sepultados bajo tierra.
Contagiemos al universo de esta protesta
para que las tragedias no se multipliquen
alcemos ese clamor para que se erradiquen
que la paz retorne al planeta como respuesta.
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Omaris Redman (Mayo 27, 2022)