Cuando me pierdo en mi ser
que locura es buscarme
sobre todo cuando dominan
esos males de siempre
que agitan policromadas preguntas,
por eso desgarro y vuelvo migajas
el tiempo que no vuelve
y respira estático en mi mente
Sigo buscando, me desafío,
no aparece el yo tangible
ni se palpan desvaríos
sólo precipicios de recuerdos emergen
que yacen en un encubierto cautiverio
de cálidos y álgidos escollos inertes,
los saco a pedazos, descorcho sus huesos.
Sin embargo, no me encuentro, pero advierto
al volcarse mis ojos muy adentro
cambios entre mis pliegues
felices y dolorosos,
momentos de dicha e infortunio,
una existencia que subsiste
en aguas estancadas con transeúntes
que han caminado junto a mi cuerpo .
Sentimientos encontrados batallan, veo
luchas con esos transeúntes, ya huelen a viejo,
colecciones de rostros con facciones turbias
muchas manos me tocan insistentes
pasillos largos donde espaldas quedaron atrás
y mis tropiezos, sus derrumbes y consecuencias
les soplo el polvo soberbio para escudriñarme mejor.
De repente mi mente en un choque sutil
me controla, nada obstruye mi intimidad,
no huyo, veo lo que soy, lo que quiero ser,
mis sueños, mis metas, mis apetencias,
pienso, esos transeúntes no importan
si no me muevo no soy,
si no dejo el desconcierto
no me encuentro con mi yo por dentro.
¡CORRE A SER!
Lale Neda