Voy arrancando cizaña
en el trigal de mi vida,
quemando las malas hierbas
que emponzoñan las espigas,
espigas al sol doradas,
amapolas y perdices
hacen su nido en mi tierra
mientras jilgueros y abejas
revolotean felices
cantando a la primavera.
Las uvas van madurando,
prometen buena cosecha,
vinos secos o afrutados,
-sangre de la madre tierra-
bendecirán la vendimia
Y bautizarán las fiestas
mientras Afrodita y Baco
retozan entre las cepas.
Las gentes cantan y bailan,
los niños gritan y juegan,
yo echo mi siesta tranquilo
dormitando a pierna suelta
con el deber bien cumplido
y la esperanza despierta,
sabiendo que en la penumbra
Selene afina sus cuerdas
y entonará una balada,
una serenata intensa
que iluminará la noche
mientras abrazo a mi amada,
serán sus ojos estrellas
como luceros del alba.