Los susurros del viento me acarician suavemente y el aroma de eternidad da comienzo al Amor en plena ausencia de la polaridad de tu dulce inherencia. Tomo tu mano y la mañana sonríe divina, inocente intuyendo mi anhelo. deambulando en la vida sin estimar ningún deseo solo este momento. El crujir de las hojas al viento me relatan que la tarde ha llegado y me apresuro atesorar con la puesta del sol mis dorados anhelos, paseando en silencio libre y felices despejo toda duda y temores ausentes del tiempo acariciando el ensueño de nuestro dulce suspiro, llegamos al Templo donde nos conocimos aquí muy dentro donde tu corazón es el mío