Te crees un príncipe en un cuento de hadas,
siempre reluciendo tu sonrisa descarada,
juzgando a los demás con tu mirada,
te gusta recibir todo pero nunca das nada.
Te gusta ser el centro de atención,
que te alaben aún cuando no tengas razón,
que te adoren con una gran devoción,
tener a tus pies a todos sin excepción,
y elevar tu ego a otra dimensión.
Siempre me dices palabras que quiero escuchar,
pensando que así me puedes conquistar,
pero tus argumentos no me van a atrapar,
por experiencia siempre voy a dudar,
y de tus mentiras siempre voy a escapar.
Un día pensé en darte una oportunidad,
pero me di cuenta que eres pura vanidad,
que tu pobre corazón carece de bondad,
que tu boca no puede decir la palabra lealtad,
ni tu diccionario sabe el significado de honestidad.
¿Que pretendes?
¿Robar mi corazón y jugar con mis sentimientos?
¿Que mis alegrías se conviertan en lamentos?
¿Que mis noches se vuelvan mi tormento?
pues no caeré en tu juego, lo siento.