Mundos interiores,
especiales ensoñaciones,
lejos de la vulgaridad de la vida.
Mundos interiores que cambian sin parar,
pensamientos que acompañan momentos únicos.
Mundos especiales para vivir dentro de nuestro mundo,
lejos de la vida ordinaría, lejos de la que puedan decir de nosotros,
que mas da como nos vean, subidos en nuestros pedestales lejos de todo.
Mundos de colores, mundos extraños, mundos lejos de lo cotidiano, lejanos mundos.
Introvertidas creaciones, sentimientos a flor de piel, hipersensibilidad hasta la extenuación.
Extraños a la vida, flotando entre las aceras en las grandes ciudades, acariciando y paladeando sin temor.
Mundos de los artesanos de la imaginación, desbocados entre las paletas de los sentimientos,
lejos a veces, cercanos a veces, impredecibles, tan cerca de la locura como de la cordura.
Mundos cambiantes, en una montaña que gira sin parar como la vida misma.
Nada es igual tras el cristal, extenuados de tanto sentir en la piel.
Extraños a veces, pero tan cercanos a veces a todos.
creando sin parar, desbocados ,
entre músicas
solos.
Solos en las noches,
navegando en telas de araña,
entre hilos de seda, entre la luna y el sol,
sin nada a cambio, simplemente manando lo interior.
Especiales como un volcán en ebullición de magmas ardientes,
mundos interiores que explotan en nuestras altas torres lejanas y mágicos,
mientras bailamos sin música con los ojos cerrados y sin necesidad de nada más.
Mundos entre la genialidad y la locura, entre la muerte y la vida, entre lo vulgar y lo extravagante.
Artistas de puertas adentro en su propio mundo, mientras la tierra gira y el mundo queda demasiado lejano.