alicia perez hernandez

HOY MI PASIÓN SON MIS HIJOS...

HOY MI PASIÓN SON MIS HIJOS...

Hoy no quiero hablar del amor carnal.

Ni de la pasión de dos cuerpos juntos.

Ni del amor de hombre-mujer, ¡No!

Quiero hablar de algo más sublime, fuera de lógica,

De algo más fuerte, de algo que rompe la carne,

Las coyunturas, el alma se ciñe, se da, se junta, se

Unifica, se da todo sin pedir nada, nada a cambio.

Ningún sacrificio se escatima, nada es tan sublime  

Como el amor de una madre por sus hijos y nietos.

Siempre he encontrado esté amor muy parecido

Al de Dios, una madre  perdona todo, y conforta,

Todo sosiega, todo sana, todo llena, hay una gracia

(Regalo) qué viene del cielo, de Dios, como pan bendito

No se vende, no se regatea, no se apuesta, no tiene

Tiene forma, nació en el corazón de Dios, de enviar

Un Ángel a la tierra, y por nombre llevará mamá,

Por eso digo que es un amor tan parecido al de Dios,

No te juzga, perdona, ama, abraza con abrazado sanador,

Unge tus pies cuando estás cansado, lava tus heridas,

Seca tus lágrimas, cuida tus desvelos, te de ánimo en tus

Sueños, te motiva, te empuja, te carga, te amamanta,

Te lleva en su vientre nueve meses, sin cansarse, sin renegar

Te acaricia desde afuera, te besa, te canta, te arrulla,

Te espera como su última porción en la tierra, y aun así

Siento que les quede a deber a mis hijos, porque todavía

Quiero verlos avanzar, son mi todo, ninguna cosa me llena

Como haber sido madre, agradezco a Dios el hermoso

Regalo de la maternidad, por nada cambio la dicha de ser mujer.

Di vida a la vida en mis entrañas, preñada con amor de hombre,

Pero eso no tiene ningún alcance cuando la madre da todo por todo.

Gracias a la vida y a Dios por tener el privilegio de ser madre de tres

Hijos maravillosos, soy viuda, y ellos son mi sostén, mi grano y mi aceite.

Le quedo debiendo a Dios, agradecer la vida y dar otra vida.

Esta es la verdadera pasión, después de Dios, amar a mis hijos Mario, Cecy, Julio.

(Ahora disfruto de dos maravillosos nietos, Ylsse y Issac)

 

 

Alicia Pérez Hernández. México

No es la pluma la que escribe, es el alma

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