José Luis Barrientos León

Soy la noche

 

Soy la noche y el éxtasis de su negritud

brillando en estremecimientos de ilusiones que morirán

en palabras sin labios,

ocultas en latidos de corazones inmutables

donde habita el sexo del amor con ojos vendados

sin respiraciones, sin susurros,

que separen las ropas

que desnuden los cuerpos

y estiren las sombras solitarias

bajo el cielo que se oscureció sin miedo

 

Soy la noche y la seducción de ángeles

de una mujer sin párpados

que mira la flor de sus pechos

abrirse sobre las sábanas blancas

con su boca sobre la almohada

y su espalda tensa,

sudando ante el frío que la recorre

y la lengua que la martilla

como el viento contra su tálamo

 

Soy la noche y la virilidad del hombre

que nutre la tierra con su sed y sueños

de su mano posada en el silencio de la piel

que se humedece, y se entrelaza sin vocablos

entre la flor y tu pecho

en la humedad de tu vientre

hasta dormir a tu lado

evaporando los sueños

con el calor de tu cuerpo

 

Soy la noche y me niego al deceso

ante la mañana que espera,

envejeciendo mis huesos

Quiero seguir a tu lado,

con tu espalda en mi pecho

con tu palabra en mi alma

y mi respiración en tu seno