Willie Moreno

Retazo XXXVI

 

Le dijeron al oído
que la vida es una sola;
fue como del mar bramido
al impactar fuertes olas.


Contempló los arreboles
después de una noche en vela
con místicas sensaciones
recorriendo por sus venas.

El cuerpo tiene su límite.
La imaginación se niega:
la anfitriona del convite
y la eterna primavera .


Exhaló su alma del cuerpo
y anduvo en sitios ignotos,
se sentía flor de loto
flotando en el universo.


Cabalgó estrellas fugaces
obviando cualquier deseo
para olvidar a Morfeo
en alas de aquel romance .


No habían palabras ni hechos
que la devolviera a Tierra,
mientras el cuerpo en el lecho
esperaba para verla.


Ella seguía viajando
entre auroras boreales
sin pensar en los finales
de indescriptible arrebato .


Su pecera olvidó el alma
al saber del vasto mar,
donde aventuras sin par
iluminan la galaxia.

 

W.M®