Antonio Martín

Playa del Castillo

Es un placer contemplarla, 

esa playa del Castillo;

isleña, con sus esteros

y sus dunas blanquecinas. 

 

Olores de las marismas, 

y ese viento de levante, 

en la arena y en el cielo, 

va dibujada la tarde. 

 

Las lágrimas son así, 

en la espuma descubrí, 

que una playa también llora, 

los desgarros de la mar. 

 

Al dejar morir la tarde, 

generosa en los colores, 

si mañana no lo viera, 

ni pensarlo yo quisiera. 

 

 

 

 

 

La foto es gentileza de mi amigo Jesús Fabra, aficionado a la fotografía, me he inspirado en esta foto tan bonita de la playa de mi tierra.