Platico con la novia
que nunca tendré en vida.
Le voy cantando versos
que el corazón me dicta.
Versos nacidos puros
al margen de las cuitas,
fraguadas en el alma
por su cara bonita.
Me observa atenta y ríe
cuando mi ser predica
tantas letras hermosas
en base a su sonrisa.
Se ve ruborizada
y al mirarme se indica
con sus manos el pecho
y el mío más palpita,
al ganarme el querer
de un ángel que encamina
mi transitar al cielo
cimentando mis ruinas.
Hombre de poca fe
el dolor en ti prima
al volar los amores
y aquella golondrina.
Sentencia la nostalgia
con mirada asesina,
pues sabe mis refugios
y también mis salidas.
¿A dónde ir con mi novia
si ella aquí está metida?
al verme en el espejo
su opaca Luz me enfría
dándome escalofríos;
y entretanto mendiga
éste corazón loco
escaso de alegrías,
de momentos reales
como la vida misma,
plagada de tragedias
y escenas divertidas.
Platico con la novia
que nunca tendré en vida,
le cuento mis nostalgias
mis penas y agonías.
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