Lale Neda

CORRE LA CEGUERA

 

Multitud hambrienta

desolación de colores

en paredes descascaradas

vibran telarañas ocres.

Gritos sinfónicos

asoman los huecos

locura de hambre,

no existen banquetes

sólo tiranos antojos

después de lo que comen.

Descubren el techo

angustias de muerte

médula con pavor

 triste ventura sin excitación.

Cascabeles de plata

bolsillos con versos

se abren angustias

con cenizos destellos.

Detengo la culpa

son hombres que gozan

sobre espaldas del pueblo.

Las gargantas desnudas

con pieles macabras

arrastran plegarias

vértigos inquietantes

y hambre crispante.

 

Lale Neda ©