Juan Rafael Mena

EL POETA AMADO NERVO VELA Y SEPULTA A ESCONDIDAS EL CADÁVER DE SU AMADA

 

 

Toda la madrugada, solo, él vela,

cadáver ya, Ana Cecilia Luisa.

Él procura evitar toda pesquisa

de que vive con ella en la cautela.

 

Pasan las horas con su oscura estela

y él no quiere que pasen tan aprisa.

El alba en la ventana ya le avisa

y él, que lo sepan otros, teme y cela.

 

Su cargo obliga a estricta soltería.

Embajador de su país, sería

destituido si se descubriera.

 

Solo con el cochero parco y serio

lleva el cadáver hasta el cementerio,

ese amor con que a ocultas conviviera.

 

Del libro inédito La vejez de Erothya o los sonetos de una vida